martes, 5 de julio de 2005

Tejados sin cimientos

Otra vez. Sí, lo sé. Ya me lo advertiste, pero... ¿qué esperabas? He vuelto a caer, como tantas otra veces. Aunque te aseguro que esta fue diferente. Prometí mantener la distancia, volver a la frialdad y la indiferencia. Pero bajé la guardia cuando más confiado me sentí. Y vuelvo de nuevo al punto de partida. Al mismo sitio que me vió partir hace meses, años incluso. No he avanzado nada. ¡Lo siento, no he sido capaz de aprender! Inmerso en una espiral de sinrazón, un bucle en el tiempo que me coloca una y otra vez en la casilla de salida.

Y volver a confiar, volver a creer que todas las palabras que escucho son sinceras, que tus susurros son ciertos, que todo es real y todo va a salir bien.
Y volver a comprender que no, que me rodeo de mentiras, de gestos y sonrisas irreales, de desilusiones y de actos que defraudan.
Y que la impotencia que hoy siento, no será más que un vago recuerdo del mañana. Y que el vacío que hoy me llena, no será más que el mismo vacío de los días que han de llegar.

Miro cabizbajo letras de un pasado no tan lejano, y no siento nada. Ya no me hablan. Ya no me inspiran. Todo aquello que un día juré conseguir va muriendo. Se va apagando como la luz de una vela carente de cera. Así me veo, empeñado en colocar tejados sin cimientos.

No hay comentarios: